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13 4 reunirse, ,cOmo nos hemos de oponer 4 que lo hagan los obispos, cuando los lama su jefe? Los revolucionarios se ven cogidos en las propias redes de su légica: pero, no se han desanimado por eso. Al ver que no hay medio de impedir la celebravion del concilio, se han echado 4 la desesperacion, protestan- do que ellos tambien celebraran el suyo, y asi habré concilio contra concilio, altar contra altar, asamblea contra asamblea, sabios contra sabios. Esto se han propuesto, y 4 estas fechas se han cruzado las cartas y las invitaciones, dandouse mil placemes los hombres de la ciencia moderna: porque, segun dice uno de sits co- rifeos, cuyas blasfemias no hay para que repetir, por haberlas reproducido hasta la nausea los papeles pt- blicos en sus columnas, envenenadoras por la mayor parte, alli se las van 4 disputar la razon humana y las opiniones teocraticas, la infalible razon del hombre con las dudosas teorias de la revelacion. jMagnifico tiene que ser el congreso de sabios de las laderas del Vesu- bio! pero, desde ahora diremos, que ellos podraén formar muy bien congreso contra concilio, dogmatizar 4 lo humano contra lo divino, aglomerar sabios contra sa- bios, convocar redactores de diarios contra los que so- lo escriben pastorales de paz y de doctrina, y aunar fabricantes de novelas, de romances y comedias, y de codigos liberales, impios, 4 irreligiosos contra los que no tienen mas éédigo que el evangelio, cuya doctrina tie- ne la propiedad de no progresar, porque desde su prin- cipio es infalible, y por consiguiente, infinitamente perfecta: pero, estamos seguros,. y desde ahora los des- afiamos 4 ello, de que no presentarén un congreso de santos contra santos, de castos, siquiera, contra castos.y aun virginales, de penitentes contra penitentes, de hu- mildes contra humildes, de derecho contra derecho, 6 de piedad contra piedad.

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