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12 Pero, no se han contentado con inventar obstéculos algunos enemigos de! futuro concilio, sino que han proyectado levantar una cruzada, para impedir, no ya la reunion del concilio, sinv sus faustos resultados. Pa- rece que entienden, que tod ese ruido qae han formado con sus novelerias, no tiene efecto; que es una tempestad que, amenazando desde negros nubarrones, se ha con- vertido en aire, y no pasa de mover ramas y sacudir hojas. No encontramos medio, se han dicho 4 si mis- mos los fabricantes de errcressno conseguimos que ha- ya conflicto europeo: por mas que no haya un monarea;, que mire el concilio con ojo sereno, nadie tiene valor para contradecir: por mas que los gobiernos_ modernos estén temblando, por temor de ver condenados los prin- cipios, en que estriban los decretos con que van favore- ciendo la desmoralizacion de costumbres, y poniendo trabas al ejercicio de la justicia, todos se miran mucho antes de declararse contra las decisiones dé Roma. Y el caso es, que ellos mismos se han atado las manos, porque, por todas partes se esta concediendo libertad, y se esti proclamando el derecho de reunion de les hom- bres, para tratar y discutir las materias gubernativas de los pueblos. Si ahora se opusiesen 4 la reunion del concilio, hasta seria un crimen de lesa magestad de los derechos del pueblo, que venimos cacareando y vo- ciferando desde hace$ya ochenta afios. No hay reme- dio: el concilio tiene que reunirse, y, 6 hay que dejar que asi sea, 6 hay que publicar antes un decreto. uni- versal, que diga que queda proscrita la légieca para siempre; porque, si ensefiamos que todos tienen derecho tres coronas del Papa: pero, en vez de quitérsela, dara batallas: 4 los que envi- dian las tres, y quizis el envidioso oculto ser’ defeusor maunifiesto, y vendre- mos siempre 4 lo mismo: la carrozade la Iglesia marcha, yendo uncidos 4 ella reyes y vasallos: el conductor es Dios.