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v Roma; y es tan sutil y tan ereadora la imaginacion de algunos es- - critores, que ya estin en frente del Senado de los Préceres ecle- sidsticos, y oyen el eco} de las disputas, perciben la confusion de los altercantes, notan las palabras picantes y lenas de atrabilis de _ sus adversarios, ven levantarse los de la izquierda, y oyen el pido la palabra de los bancos de la derecha, y otras mil cosas que ellos ven, aunque ni las haya visto jamés la Iglesia en sus asambleas, ni las haya de ver tampoco ahora en el gran Concilio, que se ha de celebrar en vida del inmortal Pontifice Pio IX. © Véase si hemos tenido razon para empezar este escrito, dando unas pinceladas en asunto de asimilaciones. Preciso es decirlo: la ciencia moral-filosdfica de algunos eserito- res de estos tiempos supone que la prudencia, la prevision y el saber, sobre todo en materia de gobernar, no existen en el indivi-. duo, sino en la reunion de los individuos, dando por indispensable aquello de que el mundo ha estado dispensado por muchos siglos, -y ereyendo como una verdad politico-social, pero verdad sin dis- yuntiva ni adversativa para ellos, que para gobernar bien 4 los hombres, es necesario que la muchedumbre de los mismos hombres se reuna, hable, discuta, grite, conceda, niegue, coarte y dilate las atribuciones del poder, siendo muchos los poderdantes y uno el- agraciado, para que este dé el golpe cuando llegue la hora, pero ni Antes ni despues, ni mas fuerte ni mds suave, que segun la fuerza que se le haya participado. Magnifico reloj, que nunca de- be descomponerse segun las bellas teorias de algunos escritores: pero no se han acordado esos buenos filésofos de pensar, que ese reloj tenia por resorte los intereses del individuo, por ruedas los deseos volubles del corazon, por péndula las pasiones y por peso la sensualidad, lo que acarrearia muchos trastornos en la mf- quina. Esta es una enfermedad social como otra cualquiera: y podré ser que los hombres se curen de ella, asi como se; han curado de otras: pero es de temer que haya muchos que no sanen, pues se ven en ellos ciertos sintomas parecidos 4 los de esas enfermedades, que llevan 4 los hombres 4 casas donde nose hace mas que cui- dar de ellos, para que vivan sin hacer mal & nadie. Y no se diga que pretendemos desaprobar las diferentes formas de gobierno
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