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nN RE Ree 124 naronse, volvieronse atrdés: toda cabeza estaé enferma, todo corazon afligido: desde la planta del pié, hasta la coronilla de la cabeza, todo est& herido y llagado. (1) »Ademas se nota en la sociedad un sintoma espantoso de su decadencia y, aun podemos decir, postracion mo- ral, que hiela materialmente la sangre. Ese movimien- to febril, en que podemos decir que vivimos hoy dia, — no solo embarga el espiritu y lo clava 4 un objeto, sino que le corta las alas, y no le permite dar aquellos vue- los, Verdaderamente grandiosos, que lo trasportan 4 regiones desconocidas 4 los sentidos, pero que son los parages, donde el hombre halla lo bello y sublime. de sus Aspiraciones. No parece sino que los adelantos, que hoy dia se notan en la sociedad, llevan consigo la tendencia de disipar al hombre, de hacerlo frivolo, li- jero, y vano, convirtiéndose.en el érden intelectual y moral en una especie de avecilla que vuela sin cesar de flor en flor, de pétalo en pétalo, sin detenerse en ninguna, parte, y alegrandose siempre en el ruido, que forma ella misma conel movimiento continuo de sus alas. Los espiritus tienen 41a vez dos dolencias *que parece debian escluirse mutuamente, las cuales sin em- bargo, los devoran sin cesar. Hay hambre de leer, hay hastio de leer: hay movimiento para pensar: hay atonis para no pensar. Desde que se ha extendido por el mundo esa nueva organizacion social de libertad para todo, se ha llevado & un extremo tan exagerado el arte tipografico, que hasta en las aldeas se imprimen esos papeles que se llaman periddicos: y como no se habla por todas par- tes, desde hace setenta afios, sino de los derechos del | hombre:. como los filésofos modernos han declarado que en virtud de desos derechos no puede imponer- (8) Tsai. cap. lL. v. 4. 5.
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