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ke ‘ 105 medad social, y no podra menos de ver que el mundo esté entregado 4 la ambicion més desmedida que se ha visto jam4s, y que esto, y noel bien de los pueblos, como publican 4 taflido de bronces los reformadores de™ _la sociedad moderna, es el mévil de esos principios que “se proclaman, de los cuales tiene dicho el Principe de los apéstoles, que no son sino el velo de su malicia. (1) El coneilio proclamara una vez mas los deberes ‘y los derechos, las infracciones v Jos abusos, y sefialard las. causas de las heridas mortales que tiene la sociedad, aplicandola el remedio para que se cure. El concilio, cuyos miembros han recibido de Cristo el precepto de ensefiar al mundo las reglas de justicia, que él mismo les ensefié, diré 4 todo el orbe que el modo de tener paz en la tierra y de poseer una felicidad, cual es po- sible al peregrino que va & su patria, es dar 4 cada und lo que le corresponde por derecho, & Dios lo que es de Dios, al Cesar lo que ey del César. (2) Dir&& los pueblos, que Dios es quien muda los tiempos y las épocas, trans fiere losreinosy los constituye: (3) que no hay al- ma, que no-esté sujeta 4 potestades mas altas; que no hay potestad que no venga de Dios, y qué las que existen, por haberlo ordenado él, cxisten. (4) Los amonestard que estén sujetos 4 los principes y 4 las potestades. (5) Les diré con San Pedro y San Pablo, que se some- _tan & toda criatura humana por Dios: si al rey, como al superior: st‘ los capitanes, como 4 sus enviados para ala- banza de los buenos y venganza de los malos, (6) dando (1) 1." Pet: cap.2. v. 26.) (2) Mat. eap. 22. v. 28. (3) Dan. cap. 2. v. 21. (4) Rom. cap. 13. y. 1. (5) Tit. cap. 3. v. 1.) (6) 1° Petr. cap. 1. v. 13. 4 ‘ee ait:

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