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Roma; gritarán, aclamarán y vitorearán a la Virgen y al Papa... A losumo, visitarán la imagen de San Antonio, ante el cual se postrarán, llegando en ocasiones a tenerles más que a Dios, como en una de nuestras iglesias en la que un gitano oraba en esta forma; «Oh, bendito San Antonio, por interce­ sión de Dios, concédeme lo que te pido»... Confe­ sarse, casarse como Dios manda, restituir, etc., nada de esto habla con ellos. Si en algún caso tiene aplicación el refrán de que «la cabra tira al monte», es en el presente. No sé qué hay de peculiaridad entre esta raza gitana que, por mucho que se haga por incorporarlos a la civi­ lización, es difícil lograrlo. Una vez que se han beneficiado de las comodi­ dades y ventajas que la sociedad por algún tiem­ po les ofrece, vuelven a sus costumbres vaga­ bundas. Recuerdo el caso de un gitanilio, abispado, sim­ pático e inteligente, a quien se le dieron estudios e incluso se lepreparó para entrar en el seminario, ya que él decía que quería ser cura. Las Señoras de laJunta de la Caridad de Las Carolinas estaban entusiasmadas con él y tal vez soñaron con reci­ bir de él bendiciones desde el altar. Se le costeó la estancia de veraneo en Navacerrada, en el C a m ­ pamento de Juventudes. Se le preparó para hacer la primera comunión y se organizó el acto de la misma con solemnidad extraordinaria. Como la madre gitana decía que no tenía vestido para asistir a la primera comunión de su hijo, se la equipó de pies a cabeza. 90

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