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se explota, sacándola el máximo rendimiento, para abandonarla después como trasto inútil. Pero guardémonos de exagerar la nota, que de casos particulares no se pueden deducir leyes ge­ nerales. No todos los ricos son como los descritos, ni todos los pobres son unos santos. Abusos ha habido de parte de unos y de otros y ninguno de ellos puede lanzar la piedra sobre el vecino, la­ vándose las manos. Ricos y pobres tienen derechos y deberes que es preciso reconocer y respetar. Si los pobres tienen derechos, que hay que respetar, también los ricoslostienen.Hablar a aquéllos sólo de dere­ chos, sinmencionarles sus deberes, es demagogia tendenciosa, muy propia para engendrar odios y rencores contra los de arriba. Es fácil conquistar los aplausos de la masa obre­ ra hablándola de derechos conculcados por los patronos, silenciando sus deberes para con ellos. Patronos y obreros, ricos y pobres, son hijosdel mismo Padre celestial y hermanos de Cristo, a quien hay que recordar la doctrina del amor, pre­ dicada con hechos y con palabras por el mismo Jesús A propósito de los pobres y de los más pobres, que son ordinariamente los que viven en los su­ burbios, no estará de más dedicar unas líneas al problema del suburbio, la gran lacra social de nuestro mundo civilizado. Partiendo de la triste realidad del hecho de la existencia del suburbio, ¿a quiénes se debe? 84