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obstante la satánica persecución de que es ob­ jeto. Dígase cuanto se quiera, los ateos teóricos no existen, so pena de que estén faltos de razón No así los ateos prácticos. A éstos lesconviene que no exista Dios para poder entregarse sinfreno a sus desordenados apetitos, como a los rateros no les conviene que exista la guardia civil para poder seguir con sus raterías. A este ateísmo práctico conducen la prédica constante en fábricas, talleres, cantinas y bares contra lareligión, lo cual crea en la mente la duda primero, y la convicción práctica después de que todo cuanto se había aprendido en la escuela o en la iglesia fuera una farsa. La carencia de sólidos principios religiosos que pudieran contrarrestar las afirmaciones gratuitas y falsas de sus compañeros lleva a muchos a admi­ tirestas afirmaciones como dogmas de fe. A más de esto, el estado de injusticia social que se contempla, el hambre y la penuria a que a veces se ven reducidas las masas obreras, arran­ can de sus labios gritos de desesperación como éstos: «Si hubiera Dios no permitiría tantas injus­ ticias en el mundo». ¡Como si Dios estuviera obli­ gado a probar su existencia borrando del mundo todo el mal! ¡Y como si Dios no nos hubiera dejado 6n libertad, y así cada uno obra según quiere! Enemigo número uno de toda idea religiosa y de la existencia del mismo Dios es el comunismo cuyos diabólicos tentáculos se extienden por el mundo entero, contando principalmente entre sus adeptos la masa obrera. 81