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dolo,sin previsión para el porvenir, para caso de enfermedad, imposibilidad física, falta de tra­ bajo, etc., etc. Se vive frecuentemente ai día, co­ mo pájaros en verano que no presienten los ri­ gores delinvierno. No se quiere privar de diversio­ nes por costosas que sean, ni de confort domés­ tico que se antoje, ni delafán de alternar con los de su clase o clase superior, y de ahí que se re­ sienta el presupuesto familiar y de que se empiece a rodar por la pendiente hacia el precipicio de la pobreza. ¿Qué administración es esa en laque se permite el lujo de gastar mil pesetas por presenciar un par­ tido de fútbol cuando el sueldo no da de sí para saldar las cuentas en lapanadería? ¿Qué extraño es que laimprevisión para elfuturo traiga como consecuencia el que éste se presenta cuando menos se piensa con las consecuencias de enfermedad, ancianidad, imposibilidad, falta de trabajo, etc., etc.?... Muchos tienen que llorar la pobreza cuando pudieron evitarla. Cuando se penetra en el interior de algunas de estas chabolas de los suburbios y vemos el confort que les rodea, televisión, tocadiscos, frigoríficos, muebles estupendos, etc., no puede menos uno de sentirse admirado y tentado a no creer en esa po­ breza. Si tan pobres son los que viven en esas chabolas, ¿cómo es que se permiten el lujo de lo que no les es tan necesario para vivir cuando ca­ recen de fondos suficientes? De acuerdo que se aspire a mejorar las condi­ ciones de la vida y a procurar los medios de dis­ 69