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el pan con su trabajo no loencuentra, el padre de numerosos hijos a quienes no llega para alimentar­ los con su pequeño sueldo; mas a los que están mano sobre mano sin hacer nada, a los que mal­ gastan el sueldo de la semana en la taberna, a los que son pobres porque quieren serlo, a éstos ofrézcaseles trabajo, ocupación, medios de vivir, no la limosna del dinero que puede ser luego des­ tinada a fomentar vicios. Admiro la gran obra de caridad que realizan al­ gunas obras benéficas como las Conferencias de San Vicente, y las admiro sobre todo porque no se contentan con aliviar la situación del momento sino que, examinadas las causas de la pobreza de los necesitados, les ofrecen medios para salir de su pobreza. ¡Cuántos timos de la limosna existen! ¡Cuántos pobres vagos por profesión, porque ésta resulta más cómoda y más remunerativa! No es raro leer en laprensa casos de pobres dedicados a la men­ dicidad. ¿A qué citar ejemplos? La explotación de la pobreza como medio para vivir bien sintra­ bajar es recurso de todos los tiempos. Por eso no es de extrañarse el que se contemplen con prevención el espectáculo que ofrecen a laentrada y salida de las bocas del metro esas madres ha­ rapientas con dos o tres niños medio desnudos que extienden la mano quejumbrosas a los viaje­ ros... En todo caso hagamos el bien,aunque no siempre sepamos a quién. El Señor premiará la acción porque ve nuestra intención. 64