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precaria salud, tuvieron que salir de la congrega­ ción. Las primeras de estas jóvenes colaboradoras en elapostolado de los pobres del suburbio empezaron a vivir juntas en lacasa de Ciudad Lineal el 18 de julio de 1958, en comunidad. Hacían juntas los ac­ tos comunes de piedad y llevaban una vida poco menos que conventual, si bien tenían que atender a los niños que de alíiban a veranear a El Espinar. El día 15 de agosto del mismo año, festividad de la Asunción de Ntra.Señora, les fue impuesto una especie de sencillo hábito, ceñido con el cor­ dón franciscano, durante la Santa Misa celebrada por el Padre, solemnizando la misma los cantos de las jóvenes de las Carolinas, que habían venido a acompañarlas en tan fausto día. En septiembre de ese mismo año, para comen­ zar el nuevo curso, dos se trasladaron a las Ca­ rolinas, quedando las otras dos al frente de los niños internados en el Hogar Infantil de la Ciudad Lineal. 46