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Y como aquella unión que había entre los pri­ meros hijos de San Francisco de Asís, de quienes se cuenta que era tal el amor que se profesaban que cuando iban de viajey se veían atacados por algún loco o por perros rabiosos, procuraba cada cual defender al compañero, hurtando el cuerpo de éste al peligro y exponiendo el propio a éste. ¡Que todos cuantos os contemplen puedan de­ cir de vosotras: «¡Cómo se aman las Misioneras del Suburbio!» ¡Verdaderamente, reina en ellas aquella caridad que es el distintivo de los verda­ deros discípulos de Cristo!, y distintivo también de las hijas del Seráfico Padre San Francisco. Sois, en tercer lugar, «Misioneras del Suburbio», es decir, apóstoles dedicados a la evangelización de los pobres, y de los más pobres, como son ordinariamente los que viven en las afueras de las poblaciones, o sea en lossuburbios. Otras Congre­ gaciones tendrán otro fin específico; el vuestro es este: Los pobres delsuburbio. Y por pobres delsuburbio se entiende, no sólo los que actualmente viven en condiciones infra­ humanas, en chabolas y barracas, privados del con­ fort mínimo de las ciudades, sino también los que, habiendo salido de esos lugares para ocupar vi­ viendas decentes en sitio de las ciudades, se en­ cuentran con losmismos problemas y necesidades económicas, morales y espirituales. A todos el os se ha de extender vuestro apos­ tolado, haciendo todo lo posible por mejorar su situación, valiéndose para ello de guarderías para niños, escuelas gratuitas, catequesis, internados, 248