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de mano lo antiguo por el hecho de serlo, dejar de dar testimonio externo de Cristo con las obras, prescindir la espiritualidad tradicional, que elevó a los santos a la cumbre de la santidad, dar una espiritualidad moderna, que no aparece por nin­ guna parte»...en este sentido, estas Constituciones son antiprogresistas y de ello se honran. En todo caso, sean o no sean progresistas estas Constituciones, quiero hacer constar que ellas ex­ presan y contienen la mente y el espíritu que su indigno fundador ha querido plasmar en las mis­ mas. Concretamente, el espíritude las presentes Constituciones y el que debe animar a las «Misio­ neras del Suburbio», es el siguiente: espíritu de sólida piedad, de pobreza y austeridad, de alegría fraterna y de sumisa cooperación eclesial. a) Espíritu de sólida piedad, que arranque de una fe sentida y vivida, fomentada por losmedios tradicionales de perfección recomendados por la Iglesia. Sin estos medios, la fepalidecerá y se ex­ tinguirá, como palidece y se extingue la llama, no alimentada por el combustible del aceite. Abandonada la vida de piedad, ¿qué extraño es que se entibie elespíritu y se debiliten las fuerzas para resistir a los halagos de las pasiones? ¿Y qué extraño también que las crisis de la fe y las defecciones en el clero y en las Ordenes Religio­ sas estén a la orden del día? No conozco persona alguna, sólidamente piado­ sa, de vida interiory cumplidora fielde los medios tradicionales de perfección, sobre todo de la m e ­ 233