BCCPAM000549-1-40000000000000
cumplimiento pascual, ni hablar.Las excepciones confirmaban la regla. Las causas de esta apatía e indiferencia religio sa hay que buscarlas principalmente en la propa ganda antirreligiosa del período de la República, y en la escasez del clero, que contrarrestara esa acción diabólica. El «inimicus homo» del Evangelio no durmió du rante los tres años de la República. Valiéndose de laprensa, puesta incondicionalmente en manos de los enemigos de la Iglesia, lanzaba contra la mis ma toda suerte de calumnias, presentándola como enemiga de los pobres y aliada de los ricos. La frase de Lenín, «la religión es el opio de los pue blos»,se repetía en todos los tonos y se la acep taba como digna de fe. Hoy mismo, después de treintaños, se atrevió a intercal resa frase en una conversación soste nida conmigo un pobre hombre del mismo barrio. A difundir esas ideas hostiles a la religóny a la Iglesia contribuyeron no poco los únicos perió dicos izquierdistas entonces existentes, «El He raldo de Madrid», «El Sol», «La Libertad», «El Mundo Obrero», etc. Dueña la «Institución Libre de Enseñanza» de la formación de la juventud, comenzó por descris tianizarla, prohibiendo la enseñanza de la religión en los centros oficiales y desterrando de las mis mas el santo Crucifijo. No era raro encontrarse con maestros de prime ra enseñanza cuya preocupación máxima se cifra 18
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz