BCCPAM000549-1-40000000000000

Agradecí a ias señoras su amable invitación, dándoles por toda respuesta que, por mi parte,no había inconveniente, siempre que mis superiores m e autorizasen para ello. b} Primeros pasos Obtenido ei visto bueno de mi padre provincial, y guardián, comuniqué inmediatamente mi acepta­ ción a las señoras de la Junta de Caridad de Las Carolinas y m e presenté al párroco de la Colonia de San Fermín para ofrecerme a trabajar espiri- tualmente en favor del barrio de Las Carolinas. Aceptada por éste mi colaboración, puse gustoso manos a la obra. Los principios,como era de suponer, no care­ cieron de dificultades. El barrio de Las Carolinas, distantes 5 kilómetros de la capital, dejaba bas­ tante que desear en su aspecto religioso, cívico y económico. Se decía de él que teníatodo lo malo de Madrid y muy poco bueno de la misma. Era til­ dado de «rojo»,y era voz común que más de una persona de derechas había sido «paseada» por la noche. En materia religiosa estaba clasificado co­ m o indiferente. No que fuera la gente hostil a la religión, pero síabandonados en lamisma. Las per­ sonas mayores, tanto hombres como mujeres, en casi su totalidad, vivían totalmente alejados del templo parroquial de San Fermín, que sólo visita­ ban al recibir el bautismo y el matrimonio. Del 17

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz