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las 6.000 pesetas que llegaron el sábado pasado se han sumado esta semana 11.350. Por cierto, que esta mañana estuvieron en el periódico dos monjitas a darnos las gracias y nos contaron su alegría al ver lo bien que los bilbaí­ nos han recibido a esta nueva institucióndedicada a vivir tan en serio la pobreza. Y... no sé si a ellas les gustará lo que voy a con­ tarles, pero yo se lo cuento. En la conversación — hablándonos de las necesidades de su incipiente Obra— se les escapó decir que no tenían ninguna cama. — ¿Y cómo duermen Vds.? — preguntó alguien a mi lado. Ellas se rieron. Mi amigo dijo: — ¿Por qué no pides tres camas para ellas en la «Miscelánea»? Pero una de las religiosas nos dijo que no,que eso era loúltimo, que antes era más importante lo que necesitaban para losniños que alí atienden: cunitas, ajuar para serviles lacomida. Y añadió con toda naturalidad: — Nosotras tenemos buen sueño, y con buen sueño en el suelo se duerme magníficamente. Ade­ más también... Cristo dormía en cualquier sitio, donde le cogía la noche. Así fue. Y como sucedió, yo se lo cuento.» Con esta propaganda, comenzaron a llegar dona­ tivos y limosnas para las hermanas en gran abun­ 170

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