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tre semana, sirven de escuelas. Mientras tanto, las iniciativas de índole caritativo-social han dado vi­ da a: dispensarios médicos, escuelas elementales, comedores gratuitos para niños, escuelas profesio­ nales para jóvenes, lecciones de corte y confección para chicas, visitasa pobres y enfermos en las casas, esfuerzos por construir o mejorar vivien­ das, colonias veraniegas para niños en la montaña, etcétera. El alma de estas obras es naturalmente el P. Lau­ reano, ayudado magníficamente por un grupo volun­ tario de religiosas, llamadas «Misioneras Francis­ canas del Suburbio», que forman un instituto, fun­ dado para este fin, ya aprobado por la autoridad eclesiástica diocesana. A más de éstas colaboran varias personas, que dedican algunas horas del día o de la semana a vi­ sitar y atender enfermos, dar instrucción catequís­ tica, prestar ayuda en el dispensario y asistir a la niños en el comedor y guardería. Quien ha tenido ocasión de percibir el espíritu animado de este apostolado, permanece sorprendi­ do por lasimplicidad, laconcreteza y lasabia auda­ cia que lo inspira. Sin capital y preparativos espec­ taculares, sin suscitar polémicas se han impuesto los beneficios en favor de los necesitados de los barrios pobres.. El animador de este urgente apostolado intenta extenderlo no sólo en España, sino que lo ha tras­ plantado a Roma, a uno de sus suburbios, a lo largo de la vía Tusculana, con el pleno consenti­ miento delVicariato. En efecto, en el mes de no­ 162