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recib r-biblioteca, cocina y dos dormitorios, es la habitada por las hermanas. Adosado a la misma ca sa, hay un pequeño huerto. Todo ello sencillo, mo desto y confortable. ¿Qué más podía desearse? De la manutención no tenían por qué preocupar se. Con loque Cáritas Diocesana de Roma daba pa ra la atención a la guardería de niños, que las her manas atendían, tenían para su sustento y para socorrer a familias necesitadas de la borgata. La proximidad del centro de Roma facilitaba a las her manas para que pudieran asistir a algún curso y centro de formación. Así intaladas,se las solicita por el párroco de Santa Emerenciana para que le presten ayuda, co m o se la vienen prestando otros religiosos espa ñoles. Se acuerda que se trasladen dos de las her manas de la borgata a la mencionada parroquia (ya había ido alguna otra de España antes) para complacerle, quedando otras dos en aquélla hasta que llegue la nueva hermana de España. A poco más de un año, se vio claramente que no era misión nuestra aquélla, y las hermanas re gresaron todas a la Borgata. ¿Otros acontecimientos referentes a la funda ción de esta casa en Roma? ¿Para qué? Lo expues to basta para ver en todos el os la Providencia de Dios y cómo supieron ganarse el cariño, confianza y admiración de las buenas gentes de la Borgata que las querían de verdad. De esta obra de apostolado en favor de los po bres del suburbio, se hizo eco el «Osservatore Romano» en un extenso artículo,publicado en agos 160
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