BCCPAM000549-1-40000000000000

drid, más o menos ricas, gracias a las cuales he podido realizar mis obras benéfico-sociales en los suburbios. ¿Cómo olvidar que, gracias a esas ayu­ das, se construyeron los diversos locales para es­ cuelas talleres de niños y de personas mayores en el barrio de las Carolinas?... ¿Y las capil as-es­ cuelas en los Polvorines, Cuevas del Manzanares, la Celsa Santa Catalina, Orcasitas, Ciudad Lineal y la Residencia de verano para niños del subur­ bio... Estosin contar con los frecuentes donativos merced a loscuales se está de continuo socorrien­ do a los pobres y enfermos del suburbio Para todos ellos, nuestra gratitud más sincera y un cristiano: ¡Dios se lo pague! Y para todos, no estará de más recordarles oportunamente: H 1.° Que los ricos no son dueños absolutos de sus riquezas, sino meros administradores de las " S ’f deberán e m pfear no sólo en provecho y utilidad propia, sino también en utilidad y pro­ vecho de sus semejantes necesitados. na'j ,°Ue hal Un Precepto de Cristo que dice: «Dad lo superfluo a los pobres», y que por suoer fu o se entiende lo que no es necesario p a T e i ™ r° propi° estado y posición social. •Í°-. j , laS ric>uezas tie"en una doble función indivdual y social. 'urioion, Cumplido este deber de caridad, advirtiendo a los ricos sus deberes para con los pobres habréis practicado también una de las obras de misericor- d,a que aconseja: -dar un buen consejo a7 que loha de menester». M 101

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz