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matorias de mi aserto, destinadas á prote- ger, fomentar y defender esa venerable ins- titución. (Wading) (1). —¿Qué deducís de ahi? —Deduzco clariísimamente lo que Pío IX consiguió en varios Breves; á saber, gue esta orden ha sido siempre y es aun santa meri- toria y conforme á la perfección cristiana. —¿Qué más)? —Que incurriría en la maldición divina y de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, quien osase contradecir ultrajes ó hacer burla de ella, como ya lo anunció Grego- rio 1X. rá por eso planta predilecta de la Iglesia? —Indudablemente; y por lo mismo el Emmo. Cardenal Secretario de Estado ex- citó en nombre del Papa el celo de los obispos á favor de ella y el Cardenal Vica- rio de Roma dirigió una pastoral á los Pá- rrocos concluyendo con estas palabras: «El »Sumo Pontífice quiere que se dé minucioso informe del estado de la V. O. T, Seráfica, »á la cual atribuye una muy valiosa impor- »tancia para la salud de las almas.» (Sep- tiembre 1882). —¡Gran prueba es esa de lo que lleváis dicho! (1) Deesa fecha en adelante creció considerable mente la lista de Bulas Breves y Rescriptos.