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—Sí. —¿Porqué? —Por que los elegidos (por votación). tie- nen que ocuparse en cosas de la Iglesia y según sean ellos, cristianos ó anticristia- nos, dán leyes y di posiciones favorables ó contrarias á la Iglesia, asunto interesantísi- mo para todo católico. —¿Puede un cristiano votar por un can- didato que no se comprometa á sostener en todo los intereses de Dios, de las almas? le la Iglesia y —No); y si un cristiano vota á favor de un candidato contrario á la Reli 1Ón, €es res- ponsable ante Dios de todos los votos irre- ligiosos del elegido, y debe acusarse sacra- mentalmente por haber llevado á la cámara á un enemigo de la Iglesia. (Hasta aquí el sabio obispo. —¿Eso aconsejáis también al Terciario? Si, y quisiera que nunca se votara á un candidato que no prometa de buena fe de- fender la doctrina de la Iglesia, ya sea en el municipio, ya sea en la cámara popular, ya en el Senado. El Terciario debe tener siempre los ojos en los intereses de Roma, sin que por eso olvide antes por ello defen- derá mejor los intereses de la nación. —¿Qué otra cosa debe hacer el terciario con respecto al sufragio ó voto? 1.2 Debe favorecer con él, al valiente católico que se presente dispuesto á defen- der la verdad y rebatir el error.
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