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— 01— — ¿Porqué eso? — Porque desde luego Enrique VIII ofen- dido por que el Papa no accedia á una peti- ción injusta inspirada por sus vicios, se puso de parte Lutero y porque los electores de Sajonia de Brandeburgo; los duques de Lu- neburg, el langrave de Hesse y el principe de Anhaalt tomaron el partido de la protesta. --Y, ¿á qué obedeció ese movimiento de los principes y grandes hacia el protestantismo? —Más que al principio de la religión, á los fines de la politica como fué también efecto de la política el desarrollo tomado por el pro- testantismo en aquel siglo. —¿En qué os fundáis para decir eso? —En que la liga de los principes que tan- to favoreció al protestantismo, más bien se formaba contra el emperador que contra la Iglesia, como se deduce claramente de la Dieta habida en Spera en 1529 en que em- pezó á usarse la palabra protestantes por ha- ber protestado muchos grandes contra un decreto del Emperador. — ¿Cuál es su estado actual? —El mundo va conociendo al árbol por los efectos y habiendo gustado el fruto de muerte que proporciona á sus adictos y á la sociedad el protestantismo, ha tomado una marcha rápida hacia el catolicismo. Lo que todavía queda hoy en Inglaterra, Alemania y Francia semeja un cadáver, El protestantis- mo doctrinal ha muerto; es un cadáver gal- vanizado,

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