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tisfacerse á la prescripción de la Regla, re- zándolo en lengua vulgar. —Y los doce Pater, Ave y Gloria de la Regla ¿deben rezarse por necesidad de una sola vez? —No es preciso rezarlos de una vez, an- tes diremos que, es mejor repartirlos, se gún la mente de San Francisco, acomodán- dolos á las horas canónicas. León XIII de- claró ser conveniente que, los cinco prime- ros Padre Nuestros valieran por Maitines, y los otros siete por cada una de las horas canónicas, á saber: por Laudes, Prima Ter» cia, Sexta Nona, Vísperas y Completas. —¿Tendréis á bien determinarnos una manera seráfica y piadosa de cumplir con este deber de la Regla? —Harelo con muchísimo gusto. Ya os dije que la pasión de J. C. es devoción muy seráfica, pues bien, estimo yo que, para re- zar seráficamente los doce Padre Nuestros, deben enlazarse con algo referente á los misterios de nuestra Redención. —¿Decidme cómo? —De la manera siguiente: A Maitines cinco Padre Nuestros. 1.2 Señor mio Jesucristo que en la vís- pera de tu pasión, instituiste el Santísimo Sacramento del Altar, tened piedad de nos- otros (Padre Nuestro, Ave María y Glo- ria), 2.” Señor mío Jesucristo, que con el alma triste hasta la muerte oraste á tu tier-