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demasía en los adornos, significa el despil- farro en objetos costosos para el vestido; la demasía en la pompa, es la caterva de cria- dos y de dueñas, innecesarios para una ca- sa; como la supérfina ostentación de caba- llos, perros, coches y cocheros decasas gran- des venidas en ruina. La demasíz en el regalo, quiere decir, la punible glotonería revelada en la numerosa variedad de pla- tos, postres y licores, á diario servidos en las mesas de la clase media. Las personas que gastan este triple lujo sin permitírselo su posición, van á todo vapor hacia el des- peñadero de la miseria. —¿Qué es lo que contribuye á este mal del lujo, en el adorno, en la pompa y en el regalo? —El amor á la moda 6 sea el sistema ge- neralizado de incesantes variaciones, por el procedimiento que hoy llaman evolutivo. —¿Qué remedio nos dáis para odiar esta moda y aquel lujo? —El recordar con frecuencia que, Jesu - eristo no alabó á los ricos, vestidos con prendas preciosas, ni al epulón del evange- lio, pero sí 45. Juan Bautista que cubría su cuerpo con un vestido de piel de camello, Además débese tener en cuenta por los her- manos que, como dice S. Ambrosio, cuanto más una mujer quiere adornarse para pare- cer y agradar, tanto más la desprecia Dios. —Pues qué, ¿hemos de aborrecer todo adorno y pompa?