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listas, y obtengáis el-permiso del confesor, —Y en caso de permitirmelo el confesor ¿qué deberé hacer para proceder como ler- ciario? — Ir prevenido con los consejos que dicta la prudencia cristiana y el amor á la vir- tud. —Indicádmelos. 1.2 Pensar en Dios y en vuestra alma. 2.2 Pedid á María Santísima ayuda pa- ra no pecar. 3.2 Tened enfrenados los sentidos. CAPÍTULO IV De otras cosas de la Regla útiles para el Terciario. —Quédanme aún deseos de ser instruido en otros medios que servirían para creci- miento de mi espíritu. —De muy buen querer me avengo á con- testaros, y para ello no saldré un ápice de la Regla. Según la Regla, el Terciario debe ser el hombre de la concordia; nunca debe hablar injuriosamente del prójimo; oculta en lo . que puede los defectos ajenos, habla bien de los hermanos, y es como el ángel ó por- tador de la paz entre todos los hombres El Seráfico P. era todo amor y dulzura, Una de las cosas que más debilitan la vida de la V. O. T., es la falta de concor= día y de unión entre los hermanos, por ca-

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