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=9-— — ¿Lo decis á humo de pajas, ó lo afirmáis en rigor? —Lo afirmo, apoyado en las repetidas de- claraciones de los Papas, singularmente en la Bula Paterna sedís apostolica de Benito XIII, y en la Enciclica Misericors Det Fi» líus de León XTIT. Sin embargo, debe decirse que se llama Orden, por analogía ó como sue- len hablar hombres de ciencia, secundum quid, en cuanto tiene lo mismo que las órde- nes religiosas, su regla, su nov criado, su profesión y sus superiores, á quienes sesome- ten en lo atañente á la regla, cuando hacen la profesión. —¿Pues qué me decís sobre el noviciado? —Que es preciso pasarlo durante un año entero, por lo menos, y que no es cosa de sólo nombre, puesto que la profesión hecha sin prévio ésto, es nula y de ningún valor. —¿Qué más? —Que el noviciado es tiempo de aprendi- zaje, puesto que nunca es un obrero oficial, hasta que, por ejercicios repetidos de su arte, llegue á conocer las reglas y maneras de tra- bajar —¿Y de quién ha de aprender el novicio, esas reglas y maneras de obrar seráficamente? —En la época de su aprendizaje, del maes- tro de novicios, á quien deben conocer y pre- guntar sus dudas y pedir instrucciones. —¿Qué concepto formaremos del rovicio, que, durante ese año de preparación, que re- quiere la ley, piensa que no tiene nada que