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prL ILustrÍsimo SANTANDER.» 335 las gracias y misericordias Luego que una provin- cia representaba sus ápufos, y apénas“una familia desgraciada hacia presentes sus necesidades ; en el momento en que un infeliz miraba sobre su cabeza el golpe que amenazaba su desventura, entónces era quando María Josefa imploraba la gracia y misericor- dia del Rey su padre ,entónces era, ¡ó buen Dios! quando como un arco iris, que anuncia la sereni> dad , toda llena de compasion'en su alma, toda sú-= plicas en sus labios, toda ternura en su semblante, presentaba 4 los pies del trono , ya las calamidades públicas , ya los gemidos de los miserables; ya los clamores de los pobres; ¡pero con qué humildad tan eloqiiente ! ¡con qué eficacia tan dulce ! ¡con qué modestia tan irresistible! Ah! Ella conseguia quan- to suplicaba, y su corazon “hallaba el sólido conten- tamiento que el virtuoso experimenta quando obra el bien. ¡Vos , Dios omnipotente y santo, habeis querido mostrarnos por el exemplo ilustre de esta Princesa, que'no'hay sólida grandeza , que no hay verdadera felicidad sino en el cumplimiento de las obligaciones del propio estado. ¿Pero dónde señores, dónde aprendió esta perfeccion eminente? En la es- cuela de la religion , que es la madre de todás las virtudes. Asi lo yereis en la = ]