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DEL ILusTRÍSIMO SANTANDER. 331 das enlas laboresdomésticas, y vive con tal pureza de costumbres que nadie se atrevia á hablar mal de su conducta: Vec: erat qui loqueretur de '¿lla, verbum malum. Esta misma fué la gloria de Esthér, que des- pues de haber movido el corazón de Asuero con su modesta hermosura en «favor de su afligido pueblo judaico, se: retirá ásu aposento con un coro de Vírge- nes israelitas, y que sin dexar el trabajo de sus manos empleaban sus lenguas y corázones en las alabanzas del Señor. Tal era , señores, la. santa simplicidad y modestia de las costumbres antiguas: La. historia y la poesía nos enternecen quando en ellas leemos: las descripciones exáctas de esta honestidad modesta, que observaban” las damas mas distinguidas, las Princesas mas poderosas, las,mismas Reynas y Em- peratrices , quando separadas del tumulto de los ne- gocios y dela concurrencia reprehensible de los hom=-- bres, se ocupaban ensus labores, que hoy por.des- gracia nos parecen tam baxas y tancomunes, que ni nombrarlas 'nós permite la falsa delicadeza de nuestro siglo. Pero, ¡o Dios-inmortal! ¡quánto stipo apreciar esta sábia moderacion la virtuosa Princesa, que es hoy el objeto de nuestros elogios! ¡quánto practicó en su vida todo lo que esta preciosa virtud tiene de Tta y A A sig «y eg co a | E le l a