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Pre Dicta cio > 330 Cartas FAMILIARES ta verdad; peto ella no destruye la ley-<general de la? divina Providencia, que determina irrevocable- mente las obligaciones respectivas de los hombres y las mugeres; y que á aquellos ordinariamente asig- na los trabajos exteriores, los peligros de la ;guer= ra, las fatigas de las ciencias y los desvelos de los tribunales ; reservando. para estas el cuidado de la casa, un reposo ocupado, un retiro labórioso y la voz encantadora dela persuasión 'y 1% dulzura , no pocas veces mas poderosa quela autoridad supre- ma , y una suerte de imperio doméstico mas amado que temido: en una. palabra, las funciones:modes- tas y honrosas' de una madre «de familias ;: de suer= te; quesi la gloria de los hombres consiste en dar aliento al clarin de la fama para la: publicacion, de las empresas gloriosas; la delas: mugeres está Ci» frada en la.confianza de sus maridos y en exhalar el perfume de unas virtudes tranquilas que compela á los mal intencionados á reprimir-su malignidad por no hallar cosa reprehensible en una vida tan bella. Es- te es el elogio que da la divina Escritura á Judith, á aquella heroina que , despues de haber salvado mila» «grosamente su patria, y recibido del público recono- -«cimiento los honores del mas solemne triunfo , se en- «cierra modestamente en su casa, se ocupa Con sus cria-