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DEL ILusTRÍSIMO SANTANDFR. g21 blicano lleno de confusion se postra sobre la tierra y clama al Cielo, vuelve justificado á su casa. Luego que el hijo Pródigo reconoce sus extravíos , y Corre con lágrimas 4 los brazos de su padre, halla un fa- vorable acogimiento. Apénas la Magdalena baña con su llanto los pies de nuestroamable Salvador, quando oye que la son perdonados sus pecados. No lo du= demos, venerables Sacerdotes , la oracion es la llave del Cielo, y en subiendo á él nuestro clamor humil- de y perseverante, baxará á nuestras almas el con- suelo enviado del Dios de la clemencia. Pero debe- mos advertir que no solo necesitamos la oración pa- ra el remedio de nuestras miserias personales; tam- bien la hemos menester para el cumplimiento de nues- tras obligaciones con nuestros próximos: porque somos orelestado Sacerdotal, que nos caracteriza, intérpre- tes de las necesidades de los hombres para con Dios, y nuncios de la voluntad de Dios para con los hom- bres. Debemos presentar con dolor nuestros pecados al Eterno Pafire para que por Jesuchristo su hijo nos los perdone; y debemos presentar tambien los peca» dos de nuestro pueblo para alcanzarle la divina mi- sericordia, ¿Cómo podrémos llenar dignamente estos gravísimos deberes de nuestro ministerio sin una ora- cion fervorosa , continuada y permanente? Nosotros S3

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