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DEL Icusrrísmmo SANTANDER. 137 de Dios ¿no tiene Vm. harta cosecha de ellos en N.? Si solo la gracia de Dios ha podido hacer soportar á Vm. los inmensos afanes que ha tolerado y tole- ra , ¿quién va á buscar fuera de casa lo que tiene de sobra dentro de ella? Pero en fin, vaya Vm. enho- rabuena á N. y supongamos que los RR. CC, no ha- gan alguna barrabasada como, algunas veces suelen, ¿echando por el empeño, por el paisanage, por el ca- pricho , y dexando los hombres llenos de méritos, porque en este caso ya ve Vm. qué bochorno para un Doctor, un Catedrático, Un... y otra infinidad de mé- ritos sobresalientes que Vm. tiene , no digo yo para aquella miserable prebenda, sino para el mayor Obis- pado de la chirstiandad. Sí, señor, es preciso confe- sarlo en obsequio de la verdad, y 4 pesar de la modes- tia de Vm. Supongamos, digo, que los señores hagan Justicia y den á Vm. la prebenda. Muy bien. Peroaho- ra pregunto yo, ¿quién ha llamado á Vm. á trabajar en la santa Iglesia de N.? ¿Dios? Eso falta saber; y si Dios no le llama para N.sino para N., ¿quién le ha de dar á Vm. allí los auxilios y gracias necesarias para desempeñar su ministerio? ¿Podrá Vm. solo ? En ver- dad que no. ¿Pues qué remedio? Estarnos quietos: tra: bajar ahí como hasta aquí por la gloria de Dios, por su propia santificacion, y por la utilidad de los próxi- Ss