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prL ILusTRísiMO SANTANDFR. E propio peso', por faltarles el fia principal , que, co- mo llevo dicho, era la obra grande ; quedé yo por momentos aguardando este prodigioso acontecimien» to, que precisaria á las gentes á exclamar : ¡aquí an- da el dedo: de Dios: esta no essobra de los hombres! No puedo ménos de confesar que mi corazon se hallaba tan distante de dar «asenso á la verificacion de:estx grafide obra, como ahora lo ¿stoy de vols verme. al siglo.: Uria multitud prodigiosa de razones evidentisimás que se presentaban á mi espíritu , me demostraban la imposibilidad del tallproyecto; pero como se me aseguraba que su execucion habia de correr : por cuenta del Omnipoténte, cerré mi boca, y esperé con ansia la execucion. «+ Pasáronse algunos meses , y quando ya distába= mos méños del término. prefinido, veo repentinas menté una extraña resolucion. Fihalízase el gobierno de Vm.:, pásale su mérito al de esa casa; quédase sin empezar la grande obra: y todas mis esperanzas se las lleva el viento: Quid ergo dicemus ad hac? Por el amor de Dios suplico:4 Vm. disipelas: nieblas que ahora me rodean y envuelven ,:para que no vea la verdad de:aquélla que Vm. llamaba ' profecía ,:que por: tan cierta seme aseguró :ella debia verificarse en el gobierno de Vm.: las personas que supliesen el