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Sobre la ¿xístencia de Dios. 49 nos responden ellos , el fortuito ó ciego encuen tro de los átomos, que girando en el vacío :in= menso por toda la eternidad, ya se unian , ya se separaban , ya formaban , Ó ya descomponian, con sus choques y encuentros , varios cuerpos ir- regulares y monstruosos , hasta que por una es- traña y rara casualidad se combinaroa aquellos átomos cilindricos , ovales, quadrados , trian= gulares , piramidales y ramosos 5 de tal suerte, que formaron esta hermosa máquina de los cie- los y la tierra con quantas criaturas en sí con= tienen. ¿Habeis oido jamás en un periodo tan pequeño disparates mas grandes ?: ¿Quereis por vosotros mismos convenceros de esta verdad? Tomad los caractéres del alfabeto de la oficina de un impresor, y arrojadlos millones de veces sobre una mesa , y avisadme luego que la casua- lidad haya formado siquiera este renglon solo: en el principio crió Dios los cielos y la tierra. Volvedlos á arrojar por millares de siglos , y na dexeis de. participarme la agradable noticia de que la fortuita union de-las letras nos dió la Araucana de Ercilla, ó laGalatea de Cervan= tes, Ó si el acaso nos compone el Kempis, ó el Memorial de la vida christiana del incomparable Fr. Luis de Granada. Pero.no nos detengamos mas en tantos. despropósitos juntos; ciñamos nuestras «reflexiones á estas dos solas: palabras; átomos eternos movibles. Aqui tenemos , segun este sistéma una materia que existe por sí miss ma , que existe por su propia naturaleza , y que no puede ser limitada en su esencia y perfeccio- Tomo I.