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40 Sermon II, muevan y marchen en virtud del primer impulso que: las dió el Criador en el - principio. ¿Quién extendió esainmensa bóbeda de los cielos? ¿Quién colocó las estrellas, en el firmamento? ¿Quién dió el sér á la luz? ¿Quién dividió la luz de las. ti- nieblas? ¿Quién les asignó su lugar á cada una? ¿Quién dió al sol y á la luna aquellos movimien= tos tan constantes. é invariables para que sean se- ñal de nuestros dias , nuestros meses , nuestros años y nuestros tiempos? Si una inteligencia in= finita no preside en el mundo , ¿Quién proporcio= na las estaciones del invierno y el verano, la primavera y-el otoño? ¿Quién puso los funda- mentos á la tierra , y la rodeó por todas partes del ayre , de modo que solamente se sostenga so- bre el centro de su misma gravedad? ¿ Quién congregó las aguas?.... Pero no nos hagamos in= terminables: abreviemos, estrechando á los ateis- tas : el mundo que vemos y habitamos, ¿es eter- no , ó temporal? ¿Le crió Dios-ó le formó el acaso? Respondase lo que se quiera : siel mundo es temporal y le crió Dios, Sér eterno, Omni= potente , é infinitamente sábio, estamos de acuer: do , y se acabó felizmente la qiiestion:-sices tema poral , y no le formó Dios, se formaria él por el acaso, Si alguno respondiera así, yo le pregun- taria y ¿si hablaba de buena fé 2 Porque si -estane do él y yo con otros varios sugetos , viendo y admirando el soberbio. Monasterio del Escorial, Ó la hern;3sa casa del Rey conocida en Aran- Juez con el nombre del Labrador , dixese yo que un dia habian aparecido formados aquellos dos