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Sobre la exéstencia de Dios. 39 con ellos téngo me la' demuestran hasta la mis- ma evidencia. En efecto ,: yo''pienso en mí mismo, y me veo precisado á«yivir en sociedad: mis: inclina» ciones , mis necesidades y mi constitucion propia me lo evidencian. Yo veo en mí con admiracion quanto puede unirme y quanto puede separarme delos demas hombres : veo en mí qualidades que pueden ser útiles á la sociedad, y qualidades que pueden serle nocivas; y que sin embargo, por la sabiduría infinita del Criador se templan de tal manera las unas cou las otras , que todas son 'ne- Cesarias: las miserias , los extravios del enten- dimiento, los defectos, los vicios , sirven infini- to á formar los lazos de la sociedad. La inclina cion á multiplicarse forma las sociedades domés- ticas : la de instruirse, produce las sociedades ]i- terarias: la"de defenderse del poder arbitrario, y vivir tranquilamente , «forma las fMonarquías y repúblicas : la de manifestar con+accioñes exter- nas la religion del espíritu, «establece las socie- dades religiosas;: ¡en suma, pór:un pequeño ñú mero de necesidades y. de sentimientos , varial dos infinitamente, combinados y dispuestos por una inteligencia suprema , pone Dios á todo el género humanó! en .un. perpetuo Movimiento, uniendo entre sí todos los particulares en un pue- blo , todos'los pueblos ed úna nacion, todas las naciones en un mundo solo. Todo lo: ha reducido á la unidad, diversificandolo todo, y á la manera que un diestro maestro de capilla de las.diferen- cias enclas voces forma una armonía ,-elsupre-