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328. ' Sermon: XIT. > con adoraciónes é inciensos 5 pero no con sacrifi- cios dolorosos; penitencias verdaderas y obras virtuosasy todo el! mundo seria christianó,, nin= guno incurriríia en la incredulidad , todos creerian lo que mandaseis , con tal que los dexaseis vivir como ellos quisiesen. ¡Pero ay! Vos imponeis preceptos justos, mandamientos santos; que pi- den nuestra obediencia', y condenan los desórde- nes|, que tanto apetece el corazon , y esto es lo que choca al impío, que suspira por la indepen- dencia y la impunidad. Pero acabemos de mani- festar ¿ que estos incredulos no lo. eran en el espí- vitu sinosea-el corazon + que eran unos libertinos, no unos incredulos, Ácercaos á su cama, en don= de la. fuerza de su última enfermedad los tiene postradús:¿ Quéweis en ellos, qué escuchais 2 ¡Ó Dios justo: y +errible' en tus juicios! Aquellos hóm- bres , que tantas veces se habian burlado ¿de los Ministros del Señor , ahora los buscan, ahora los llaman y los cevibses como un dón inestimable de la mano del Señor: aquellos hombres , que se habian-reidode los devotos que freqientaban los santos Sacramentos”, ahora suspiran ellos por recibirlos +'esos hombres, que llenos de presun- cion y orgullo negaban exteriormente las verda- des de la santa religion , ahora agitados por los tormentós desu: mala conciencia , tiemblan , se hobrorizan y se espantan á la vista de la eternidad. Sí, de la eternidad , que tan formidable mues- tra su semblante á los que la negaban. Esos hom- bres mismos , que daban al 'acaso el- dictado de Criador. del universo , que quitaban al Omnipo»

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