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Contra las causas de laincredulidad. 31: tablecer el órden en los actos exteriores de la sociedad humana , pasará á proporcionarle re- medios para reprimir los wicios, y comunicarle auxilios para exercitar las virtudes. Todos los siglos del christianismo nos pre- sentan ilustres almas, que han sido el honor de la naturaleza humana , el exemplo de las virtu- des mas heroicas , y la demostracion práctica de la santidad del Evangelio , cuyos preceptos “ob- servaron;3. y el mismo Evangelio nos demuestra el desorden en todos los estados y clases de ciudadanos , quando: no arreglaron sus costum= bres á sus leyes sacrosantas. Siá la ignorancia de los incrédulos no se les hubiera arrimado la vanidad y el libertinage , ellos Hegarian sin du- da á someterse á la razon y á la fé ; pero em- peñados ¡por -sus extravíos tratan de sostenerlos por «aparentar fuerza: de espíritu ,:y' no: verse precisados á contener «sus desordenes ,:que tan abiertamente chocan ,*y se oponen á la santidad del. christianismo. Bien pudierais vosotros , amar dos christianos Mios'ys preguntarles con dolor, como el Santo Rey Davwidi: Utaquid diligitis va- nitatem? (Ps. 4.) ¿qué objeto . satr encantador es para vosotros, Ó incrédulos ignorantes '-'ese vano placer de distínguiros , que asisos' hace sa= crificar «las luces: de la razon ,. y los. inteteses erernos de vuestra alma? , Cómo pasais los dias de vuestra vida tan tristemente -atormentados de los; rabiosos remordimientos de vuestra .concien= cia y «por no desterrar de vuestro' espírita: esa detestable vanidad ? (Ps. prue 23.) ¿Cómo no ¡ ¡ i | A A e A A Tu Dicc E AT a