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Contra las causas de la incredulidad. 307 da, en que pensabas habias de reducirte entera- mente : llamarás á la nada , y te responderá: la eternidad. Sí. La eternidad del infierno gravada en tu alma con caractéres indelebles , dando un espantoso grito, exclamará: irá el hombre á la casa de su eternidad , de aquella eternidad á que le conduxeron sus obras. De felicidad y si fué vir= tuoso: de tormentos, si fué pecador obstinado. ¡Ay, ay! y como entónces convencidos por vues- tra misma conciencia , sacareis esta formidable conclusion: Ergo erravimus (1). ¡Infelices de noso- tros , que nos hemos fatigado en el camino de la iniquidad y perdicion, y hemos andado por ca- minos extraviados y trabajosos , ignorando ma- liciosamente el caminó del Señor! Ergo errávi- mus. Ciertamente nos hemos apartado del cami- no de la verdad y la justicia : la luz del cielo se nos obscureció por nuestra incredulidad , y el sol de justicia Christo apartó de nosotros los ra- yos luminosos de la inteligencia : Ergo erravi- mus y y perecemos irreyocablemente por toda la eternidad. Y vosotros , amados christianos mios , no os acompañeis con estos hombres, que blasfeman de todo lo que ignoran , y que se han corrompi- do y hecho abominables por sus frívolos estu- dios : entended , que el que se acompaña con los sábios , será sábio ; y el que es amigo de los ne= (0) Lassati sumus in via iniquitatis, et perditionis, et ambu= lavimus vias dificiles, viam autem Domini ignoravimus. Ergo et- ravimus a vía veritatis, et justitia lumen non luxit nobis y et so' inceligeatiz non est ortus nobis, Sap. c. $. v. 6. et 2 (q 2 O o dll lao ome E pa Re 3 A A AL = AAA A er po A A A