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De la inmortalidad del alma. 247 que apartándo esté quanto pueden del: punto de apoyo de sus pies y en. diréccion Opuesta , lo= gran con mas: prontitud yomenos trabajo la exe= cucion del pensamiento concebido. De la misma suerte , «dando un dia con una espada sobre una piedra, "ven que han saltado chispas : admiran el efecto : repiten los golpes, ya no casualmente, sino á propósito; y advirtiendo el mismo efectos le arriman algunas materias inflamables , y pren< diendo en ellas el fuego , le conservan para sus menesteres mucho tiempo. Prosigamos con otras demostraciones de esta verdad. Júntanse otros Indios comarcanos contra ellos : conocen los Iro- queses su inferioridad, y que no pueden por sí solos resistir al mayor poder de sus enemigos. ¿Qué hacen entonces al ver amenazada su vida, su libertad ; sus mugeres y sus hijos? Buscan amigos que sostengan con ellos tan preciosos in= tereses: unen sus fuerzas á las suyas , y con el auxilio de sus aliados resisten á las fuerzas de sus enemigos. ¿ Y qué diré de las ideas que ellos tienen de lo justo y de lo injusto , de lo hones- to y de lo impuro, del vicio y de la virtud? Decidles que un hijo se entregó libremente por esclavo para sacar de cautiverio á su padre an- ciano y enfermo, que gemía en un calabozo ; y que una madre se abalanzó valerosamente con- tra un lobo ó leopardo , que la habia arrebatado' de su lado á un hermoso hijo pequeño que te- mia: que ella tiraba de su niño, y el.dobo la mordía: que ella gritaba, y el leopardo apreta- ba los dientes en la criatura, pero que al fin la