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Verdad de las profecías y milagros. 209 propio nombre: sus títulos los mas augustos se especifican: él es él, y el ungido por excelencia: el Santo de los Santos y la santidad por esencia: el autor y principio de la justicia: él solo es la verdad , y en quien se cumplen todos los anun- cios de los Profetas, y se verifican y realizan todas las figuras: él solo puede lavar las iniqui- dades que han manchado la tierra: él solo es la víctima capaz de expiar el pecado : él solo pue- de ser Autor y Pontífice de una nueva alianza; hacer cesar los antiguos sacrificios, como insu- ficientes y estériles , y substituirles un sacrifi- cio único, y una hostia pura, santa , inmacula- da , eterna y de infinito precio. Aquí en esta profecía vemos verificados los designios de Dios de expiar los pecados de los hombres por la muerte de Christo, que reconcilió el cielo con la tierra: aquí vemos contribuir la incredulidad de los Judios , su: crueldad y su envidia al cum- plimiento de las profecías, que tantas veces ha- blaron de las humillaciones de Dios, de su pa+ sion y su muerte: su propio delito de ellos (¡cosa admirable!) es para nosotros una prueba demos- trativa de que Jesu-Christo es el Mesías prome= tido en la ley y los Profetas: aquí finalmente vemos por nuestros mismos ojos la destruccion de la Ciudad, la ruina del Santuario, y la de- solacion Constante y permanente, anuriciada con palabras claras por Daniel. Los Romanos cont ducidos por Tito arruinan á Jerusalen , abrasan su magnífico templo , hacen perecer por la es- paday el hambre mas de un- millon de perso- Tomo L. Dd > Ñ a E > ho a A A o E