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Sabiduría y santidad de $esu-Cbristo. 193 la obedecemos y cumplimos. Sed santos, hijos mios , pues podeis y debeis serlo ayudados de su divina gracia. Santos son los ángeles que le alaban en el cielo , santos los bienáyenturados que le conocen , le aman y le gozan en la glo- ría , y santos son los justos que le siryen en la tierra. Sancti estote , dice el Señor , quoniam ego sanctus sum, Dominus Deus vester. Y vosotros incrédulos , que os preciais de instruidos, ¿queréis ser santos ? ¡Ha! Tambien podeis serlo dexando vuestra incredulidad. La religion santa abre los brazos como el buen pa- dre de familias para recibir al hijo Pródigo, si abandonais como él el camino obscuro y tene- broso en que os precipitó vuestra incredulidad, y abrís los ojos á la luz de la verdad. ¡Qué piedad ! ¡Qué misericordia! Esta religion , esta misma madre llena de bondad y de clemencia quiere abrigarnos en su seno , y cubrirnos con su manto , si obedientes á su voz creeis sus ver- dades , temeis sus amenazas , esperais sus re- compensas , obedeceis sus preceptos , recibís sus sacramentos y amais á su eterno fundador. Ella sabe perdonar las injurias que la habeis hecho, las blasfemias que habeis proferido , y los ul- trages con que la habeis tratado , si os resol- veis á reconocer vuestros errores, apartaros de vuestros extravios , y serla fieles en adelante. ¿Queréis todavia navegar en ese mar borrasco- so lleno de incertidumbres , sustos, pesares y tormentos , y expuestos en cada ola á un nau- fragio eterno? ¿No vale mas viajar por un ca- b 2