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contra los pretextos de la incredulidad. y 3H nia, de Alexandro en la Grecia , y de Cesar en Roma, que de la de Moyses en:el Pueblo He- breo. Nuestra razon acostumbrada::á profundas meditaciones en la investigacion de -la verdad halla mas documentos de la existencia de Moy- ses, que.los que encuentra de la: de Cesar ,-Li- curgo. y: Alexandro. Ese libro:que- los simples llaman Pentateuco , es obra suya , y ella nos:le demuestra el impostor mas atrevido que habia visto el mundo desde su principio hasta que na- ció Mahoma. ¡Qué bueno es en todo caso, amas dos christianos mios, tratar con hombres de en» tendimiento! Ya tenemos confesado por:los incré- dulos que existió Moyses. y fué autor. del Pen- fateuco., esto es, de. los.cinco:libros siguientes: Genesis, Exódo, Levítico,:N. umeros, y Deutero- nomio; pues los. demas que-componen el antiguo Testamento, se fueroh agregando en los siglos subsiguientes, Ciertamente ellos no dudan-de atri- buir 4 Mahoma su Adcoran, á- Platon su Repú- blica, y: á. Homero su, 1ligda y Odysca ; ¿cómo habian de. negar: el Pentateuco á:Moyses? Si no fuera suyo, ¿cómo el Pueblo Hebreo, indocil, re» belde , é ingrato, hubiera podido sufrir tantos y tan duros preceptos que en él.se :e imponian, con tantas «y tan incómodas ceremonias? Si no le hubiera recibido de: su 'Mano , ¿quántas insurrec- «ciones :se hubieran levantado contra su autor? ¿Quántas dudas, quántas. opiniones nose habrian excitado sobre su orígen? Ninguno de aquel 4n- menso Pueblo negó jamas que Moyses «hubiese eserito-aquel libro, y ninguno lo niega:ni-duda R 2

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