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De lá Confefsion. 229 Cuenta Severo Sulpicio, que havo una donzella muy dada á la virtud, sul, la qual por no tener, ni dár ocafion de pecar, vivia encerrada, y fin admitir Dialo. platica de hombre alguno. Y palando por donde eftaya el Gran Santo San 2.cap- Martin, quifo verla, pot honrarla por íu virtud, y por alentarla á ella, Y 15, aviendole dado recado para elto de parte del Santo, refpondió , que la per- donaffe, que de ningun hombre avia de admitir platica: y el Santo alabo fu refolucion, y la tuvo defpues en mayor opinion Je virtud que antes. Poco tiempo ha que andava un Eclefaftico Efpañol peregrinando por el mundo, el qual para quitar toda ocafion de pecar, fe delterro de la tierra, y vivia en el mar, firviendo de Capellan,yá en unos navios,y yá en otros. Y, navegádo efte con un Mifsionero á Indias,y diziendole que para que fe po- nia.en los peligros del mar, teniendo con que vivir en lu tierra ? le relpon+ dió: Por librarme de los peligros del alma,padezco los del cuerpo: yo pude fer Beneficiado en mi tierra, pero temiendo el peligro en que se que caye- ron otros, no me atrevo á tener cala,y a vivir en ella con caferas. - Tambien un niño de onze años quilo Dios que nos enfeñalle a los gran= des, el qual fiendo huerfano poco ha, eftava bien acomodado en una cafa,y endió oficio, y fe falió de ella. Y preguntandole un Mifsionero , porw que avia dexado la buena comodidad, y regalo que tenia, y andava mendi- Y (fi balta aqui le aveis ofendido en algo de lo dicho,dezid aora moy arre- Tomo 1. Pz >