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ery a ram oem” ee” itz «<°« Ceremonias Recurares. || iio ; que quiere decir , con moderacion , y tasa , y despues del trabajo, y fatiga. No se ha de emplear’en ellas la ma- yor parte del dia, porque seria perjudicial al espiritu de la Religion ; ni con pretexto de que los Religiosos no salgan .del Convento han» de permitirse con freqiiencia se mejantes encretenimientos , porque seria destruir la regue lar observancia , Lesavirtiendo los Conventos en casas de juego. 1166 Ea estas ocasiones se ha de portar el Religioso, eomo decia Séneca, que ni sea molesto por serio , ni te- nido en poco por liviano, sea la urbanidad agradable'y pe- xo:no descompuesta , ni injuriosa, sean las palabras’ ‘con A sal, pero no con dientes , los juegos sin’ disolucion , la risa moderada, y la conversacion sin voces, ni tumulto; el P. S. Ambrosio amonesta, que en estas ocasiones, s¢ dilate el 4nimo dexando 4 un lado los cuidadosy que le malestan 5 y oprimen, pero de tal suerte , que no se des- concierte la suave armonia de. la virtud; imitando en “esto & los: -caminantes , que si soprimidos del oe cocaatl ' e$ para proséguir con mas velocidad. ee ; roe CAPITULO. XIV. emi deoetas DE COMO. EL. RELIGIOSO HA DE ie salir, y volver al Convento. ieee ly 1. $b ewsoll: Bho a 167 S el Claustro el centro del Religioso donde, como) los pezes em el agua, tiene medids: oportunos para conservar la vida espiritual, y ha de ser tal su repugnan- cia quafido se viere precisado 4 dexarle por algun espacio de tiempo , qual la tiene un nifio para apartarse de .los brazos de su amorosa Madre. Con todo se oftecen «algunos ,. asuntos, en que, 6 ya por la obediencia, 6 ya por la caridad E ha de salir el Religioso del retiro, y tratar con las criatu- ras

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