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DEL P. COLINDRES 31 TONI" "IO" "PA" lances: los exorta, persuade, insta, y como una Madre cariñosa, los convida con la leche de la Doctrina del Cielo: Convierte á uno: lo bautiza, é inmediatamente, 0! abismo de la Predestina= cion! muere en sus manos, y vé Orán sepultar como Parvulo á un hombre de mas de cincuenta años, honrado su entierro con el concurso de la Oficialidad. Los Hospitales son el Teatro de su misericordia : asiste sin cesar á los enfermos, ya sean de la Tropa, ya del Pais: los sirve en todos los oficios de que necesitan, hasta en los mas baxos. Les administra los Santos Sacramentos, auxilia á los mo- ribundos, No le detiene el riesgo de contagiarse, por mas que los Medicos, y Cirujanos se lo presentan gravisimo, antes se ar- roja á él con un animo generoso, aspirando á morir por ellos, para que entre las victimas de la triste enfermedad, haya una consagrada á la caridad, y quando des Compañeros, que tiene succesivamente, se vuelven á España, por no tener hom- bros para tanto peso, Colindres persevera cinco años con una fortaleza invencible, El genio pronto, la complexion ardiente, y la vivacidad de su penetracion, faciles á los movimientos de la ira, no impiden, que reyne la mansedumbre en su corazon; porque nadie ignora, que ayrarse con los que conviene, por lo que conviene, quando conviene, y quanto conviene, es mansedumbre, Al ardor de su temperamento lo hace servir de trofeo de su reflexion; y quando es acerbidad el primer movimiento, el segundo es dulzura, que es indole de las Almas sublimes. Mas no intento detenerme en las hazañas, que fueron ilus- tre desempeño de su tolerancia, y animosidad: basta decir, que rodeado en muchas ocasiones de fatigas, contradicciones, y ad- versidades, muestra siempre un corazon invicto, y jamás juega otras armas contra los contrarios, que el escudo de la Paciencia. Su fuerza es Dios, y nunca cesa de tener la mente elevada en aquel sér Supremo. Ningun dia dexa de ofrecerle el Sacri- ficio incruento de la Misa, sin que le sirva jamás de estorbo la molestia de los viages (1); y la tierna devocion con que lo ce- lebra, la comunica á los oyentes. - (1) En el dia de San Bartholomé de 1762, habiendo andado nueve horas, y entre ellas una de repecho, desde el Convento de Rieti al de Scandriglia,