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26 ELOGIO das, que pide, y supone el Obispado; ya porque seria infiel á la Divina gracia, con la que abandonó para aid todos los ho- nores del Siglo, En vano aplica su influxo. el. Confesor del Rey; Colindres lo rebate, diciendo, que su nombramiento es obra de la pasion, que le tiene, y no de la vocacion Divina, executora de su Pro- fesion en el Claustro Capuchino, exclusivo de todas las Edi dades del Mundo (1). En vano lo llama Benedicto XIV, instado del Rey,. pera que le mande su aceptacion; Colindres le propone con tanta energia los motivos de su renuncia, que convencido el Papa, suspende el precepto; y ultimamente ceden á su humildad los dos ma- yores Principes de la Tierra. (4) En Carta al Confesor del Rey, le dice Colindres: Que haberlo sacado Dios del siglo, quando se hallaba en él con aquellos titulos, que influyen, segun el estilo del Mundo, esperanzas proximas de mayores ascensos; y puestolo en una Religion, de la que no hay exemplar haber habido Obispo en España, es virtualmente lo mismo, que apartarlo de toda ocasion de volver á él. Que no puede dudar, que la vocacion á la Religion fue de Dios, de quien percibió ilus- tración en su entendimiento, y moción en su voluntad, las que no siente para el Obispado, si no que antes le causa horror este pensamiento. Que si ha habido Santos, que salieron del Claustro al Gobierno de la Iglesia, y otros, que lo re- sistieron; unos, y otros obraron bien, porque los primeros tuvieron la vocacion Divina, de que carecieron los segundos, y tan reprehensibles fueran aquellos en resistir, como estos en acceptar; porque en los unos seria pusilanimidad no esperar de Dios los aurilios correspondientes, y en los otros temeridad, prome- terselos. Que p r tanto, el nombramiento del Principe, y del Papa, no es argu- mento bastante de la vocacion Divina, pues muchas veces quiere Dios, que los Principes elijan, para que los Electos tengan el merito de renunciar; y siendo el nombramiento, y la acceptación actos distintos, y en diversas Personas, no hay repugnancia en que Dios qu era, que el Superior nombre, y el Electo no accepte. Que estando firme en que fue vocacion Divina la fuga del siglo, y en que no lo es la de volver ú él, no puede prometerse los auxilios, aunque el Rey lo nombre, y lo quieran sus apasionados. Que no bastando en estos tiempos el Breviario, y el Baculo, ni in pa y otros gastos, en lo que ni el Rey, ni el Papa dispensan; es argumento á pos- teriori, de que Dios no lo quiere Obispo, pues no le le PT pes Fee ce E su hermano el Obispo de Osma no puede pagar contraxro ; y que los que el tomase le serian de el Obispado de Barcelona de rentas tenues. EN: - E

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