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34 > BLOGIO de su Colegio: otra á un grande Amigo suyo (1), os la comunica, Basta el con epto de ellas para formar la grandeza de su espiritu. Qué conocimiento del Mundo! > desprecio de si mismo! magnanimidad para las austeridades! Acuerda con desprecio gallardo el humo de las pompas de la tierra, el vapor de sus delicias, el oropel de sus tesoros, las fantasmas de sus felicidades, la sombra de la vida mortal. Hace una confe- sion sincéra de la vanidad de sus dias; y se compára, ya al hijo Prodigo, disipador de los beneficios Divinos, ya á un Caballo, necesitado de riendas dobles, que le ofrece la Religion de los Capuchinos, y sin embargo de conocerse en edad ya avanzada para sus asperezas, se resuelve con generoso aliento á lo mas arduo, esperando la asistencia de la gracia, para cuyo lógro im- plora las oraciones de sus Amigos, y Concolegas. He aqui un principio de vocacion, que- puede - servir de. ¿modelo al termino de otras, En el mismo dia se presenta á su Cabildo, le da noticia de su determinacion, y oye este la mas tierna despedida: La no- vedad lo sorprende, le embarga las voces la admiracion, y Co- lindres no percibe otra respuesta, que las dulces lagrimas. El dia siguiente aparece vestido del Saco Capuchino a! pie del Altar mayor del Convento de Salamanca (2), tendidos por el pavimento los Habitos de su Dignidad,y las insignias de su Doctrina. Qué expectaculo tan admirable!e edificacion se extiende con el asombro por toda la Ciudad; pasa á los Colegios, Universidades, Cabildos, Consejos, y hasta la Corte, que lo tenia destinado para las mayores Dignidades del Siglo. En los exercicios del Noviciado, ignora la perfeccion de su fervor los ardores de Novicio, Cultivado su espiritu con la mor= tificacion, crecen las virtudes, que exercitó en el Siglo; y suben á un grado sublime las propias del Claustro, Seis meses son prueba abundante de la verdad de su vocacion: la dispensa de Benedicto XTIT fixa en ellos el termino de sus pruebas: p solemnemente, y se convierten en desengaño, y veneración las vanas esperanzas del Mundo, que osaba medir por su incons- tancia, la firme deliberación de Colindres. (1) Don Francisco Madrid, que murió Consejero de Ordenes, despues de Regente de Sevilla, y Ministro en el Tribunal de Zaragoza. (2) Tomó el Habito en 10 de Marzo de 47325. s $ 4 8 E is e E, de W N ” lid Ei ti p> de iii ÓN 9 td lA E dd Ii o 7 Ss a E a A Pi de Nr dia E PE Md: e CIA e ee Mn , y de E 7 11 Ade as
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