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ARARRARIRIRRRARARIRARARARAR ARA LO IETE años ha, que pagó el tributo de la morta- Y lidad en Viena de Austria el R.mo P. Fr, Pablo de Colindres, General de la Orden de Capuchinos, En la funcion solemne de su Entierro dixo la Oracion fúnebre un Orador famoso (1), dandole el honor inmortal de la alabanza pública: Ome- nage debido á los Grandes Hombres por las Leyes de la huma- nidad, ilustrada con su sabiduria, y consagrada con sus virtudes, Sin embargo de ser el general sentimiento su mayor Elogio, muchos Pueblos, Ciudades, y Cortes, en noble imitacion de la de Viena, hicieron las mismas obsequiosas demonstraciones; distinguiendose la de su Nacion, y el Colegio mayor de Santa Cruz de Valladolid: este, en veneracion de tan ilustre Alumno; aquella, en reconocimiento de tan célebre Patriota, Mas como fueron pronunciados estos elogios, ya á la pre- sencia de su Cadaver, ya á vista de los sagrados Lutos, que ocasionan no sé que ilusion; voy, fenecido el llanto, á elogiarle con las voces de la justicia, de la piedad, y del agradecimiento, en la distancia de mas de quinientas leguas de la Urna, que encierra el deposito de su Cuerpo; y colgar esta humilde ofrenda al pie de su Estatua venerable, purificados mis afectos con la tardanza, como sucedió al Nazianzeno al componer el Encómio de San Basilio, (1) El Padre Kilien, Capuchino, Alemar.