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“ay hao Saye! ‘Apenas puso! término” al: Provinciala- Pelee 0 de’ Genova; regresO en 1616. 4 su Pro- pt Py rn uM vincia de’ Venecia, intentando tener en ella Th Su ultimo y perpetuo retiroy por hallarse: acha- Wi coso. y' enfermizo"yy° asaltado’ tan” terrible» Ni mente de la gota , que lo tenia inmovil ; pe- Hi ro no lo estaba para ocupatse en los exerci- i Clos virtuosos. Lo habian llenado de hon res los Pritcipes, las} Cortes , “y los Pueblos: Salian éstos 4 ‘los caiminos ‘en grandes. tros pas por verlo , y lo aclamaban’ Santo pu- blicamente ; apenas lo veian , se afanaban pee -portocarle , y besarle el Ha- Dito’ <" 4 “Cuyas demostraciones , puestos los 0j0s en ‘tierra, y levantados otras veces: al Cie- lo, sé presentaba abstraido , é insefsible , como si aquellas expresiones fueran dirigidas a otro; y sitembargo de hacer las mas vivas diligen- Clas para no ser conocido , lo seguiam las’ hon- fas sin que ni él, ni sus Compafieros® pudieran ‘estorvarlo. . far 48. Como en venganza. de este honor se f “Cidrcgiida? Sls ‘eueectioe tide’ 1a! humildad ‘mas profunda.’ No “se ‘diferenciaba ide los \ ‘otros Réligiosos en el trato , vivia comoudn- ai dividuo ordinario. ‘Trataba 4 todos con fa- it miliaridad , tanto 4 los. iguales ',. como" los ‘infetiores. Jamas se le oyd palabra en su alabanza , mi Cosa que insinuase a de + ear ae So RE te. ~& / — + . . }