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6d dl e de lo fubleguente ¿da tonfelfsion. efte amenazar al penitente,de que no le ha de: abíolver , no ha de fer con efquibez , defabrimiento,ni al: pereza, fino con amor, haciendo Aeapazal penitente de la caufa , por- que fe mueftra dificil en abíolbe rle, que es por la poca fatisfaccion, que tiene de fus propofitos. Advierto mas, que en qualquiera coftumbre de prcado mortal , que tenga el penitente , fe ha de aplicar el remedio dicho; pues milita en todas las coftumbres la miíma ra 20; y á todas abraza la propoficion 60. condenada por la fantidad de Iocencio XI. Las mas freguentes coftumbres de pecar fon eftas. Lo 1. La coftumbre de embria- garíe, O tomaríe de el vino, es tan dificil de emmendarfe , que ay mui pocos , que viciados de ella , la de- jan. Lo 2. La coftumbre de jurar con mentira. Lo3. El no pagrr las deudas pu- diendo, o no reftituir lo mal ad- quirido. Lo 4. El no pagar los legados dejados en teftamentos, decir las mias , Ó cumplir Jos cabos de años. ; Los.El no perdonar las injurias, y correr con el proximo con cha. ridad. Lo 6. El no cumplir las promef? As hechas a Dios, o 4fs Santos. Lo7. Las coftumbres torpes, y lafcivas, afíi con figo mimo, como con tercera perfona, ora fea de pen famiento , ó ,de palabra, v Obra. 2 A 323 Lo 8: Noreltituirla honra , ó fa- ma mal quirada, en la murmuració, retratandofeen prefencia de las per fonas, ante quienes murmuró, de el mal, que dixo de el proximo; y en la contumelia, pidiendo perdon á la perfonainjuriada. En todas eltas coftumbres, que fon muy ordinarias, Y en Otras €X- traordinarias femejantesd ellas,que encontrará muchas veces el Com feflor; conviene portaríe con el pe- nitente en la forma, y modo, qué queda dicho en el capitulo prece: dente. Y debe preguntarle en eftos cafos , fi otros Confeflores le han avifado , de como fu coftumbre le hacia incapaz de abíolucion, y file han avifado, dos, d tres veces, y no fe ha emmendado, por ningun ma do deve ablolyerle, menos que ocurran las circunítancias, que dite en la explicacion de ella propofí cion 60. La fegunda medicina , que hade víar el Confeflor con el penitente; es el ponderarle la gravedad de el pecado mortal, en la forma que queda dicho enel cap,1. Porque es cierto, que en muchos penitentes, 4 quienes he ponderado la deformi dad de un pecado, he vifto eferos oxtraordinarios, y converlionesad: mirables. Y fuelen decir los tales; Padre fi me huvieran delengañado, y dado las luces, que V. P. me da aora, o hubiera fido Muy otro. Y yobienlo creo, porque la va» luntad de el hombre es pótenciz ciega, y el ai” facil» 2
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